Entre los días 15 y 17 de octubre se celebra en Sevilla el 8º Congreso Nacional del Laboratorio Clínico. ¿Qué expectativas tienen en el Comité Organizador?
Las expectativas a día de hoy son excelentes, tanto en la previsión de la participación de asistentes como en comunicaciones, de las que hemos recibido ya sobre unas 1.200; se mantiene una amplia participación de la industria del sector, aún contado con las dificultades económicas del momento y de los grandes cambios reorganizativos en los laboratorios españoles que podrían haber atenuado la participación.
¿Qué novedades destacaría de esta edición?
Fundamentalmente hemos querido plantear un congreso científico por encima de otras actividades de tipo social (propias de estos encuentros), al objeto de rentabilizar el tiempo dedicado a la transmisión de conocimientos y experiencias. Así, la conferencia inaugural tendrá un alto interés científico con la exposición del profesor E. Scott, de Houston, sobre el papel del ADN libre y las células tumorales, con especial relevancia en el futuro del diagnóstico del cáncer.
Es sabido que estamos ante el evento más importante del sector, ¿a qué cree que se debe el prestigio del que disfrutan los congresos del laboratorio clínico?
Son muchos los motivos, pero sobre todo a la suma del esfuerzo de los profesionales y de las sociedades científicas, la gran entrega, la dedicación y seriedad del Comité Organizador, que este año he tenido el honor de presidir, y del Comité Científico. Por otra parte, es fundamental la participación de la industria de diagnósticos que sigue apostando por este foro como punto de exhibición de sus últimos e innovadores avances tecnológicos. Todo ello, sin olvidar la importancia que el laboratorio clínico aporta en la medicina actual con gran impacto en su potente aporte al diagnóstico en los pacientes.
El Congreso hace una apuesta por la formación de los jóvenes, pero también logra reunir a investigadores consolidados y científicos de gran prestigio. En su opinión, ¿dónde reside la clave del éxito?
Desde hace años, paralelamente a las conferencias, workshops y simposios, se han programado cursos pre-congreso, con una metodología fundamentalmente adaptada para la formación de residentes en sus distintos años de formación y en donde pueden adquirir conocimientos especializados. A ello hay que unir la presencia de grandes ponentes nacionales e internacionales de reconocido prestigio. Una parte importante de la clave está en la gran calidad de los profesionales del Laboratorio en España, así como en su sólida formación reconocida internacionalmente.
¿Cuáles son, en su opinión, los principales desafíos a los que se enfrentarán los próximos congresos del laboratorio clínico?
Es una pregunta compleja que no puede tener respuesta si no pensamos en los acontecimientos que están sucediendo en la actualidad, la incertidumbre del momento y, sobre todo, las políticas de salud que pueden llevar a considerar al Laboratorio como una máquina de producción. Nosotros mismos muchas veces nos olvidamos de nuestras raíces y nos sorprendemos hablando excesivamente de economía, de rentabilidad, eficacia, volúmenes de procesamiento, etc., etc. , con el riesgo de que comencemos a olvidar nuestro objetivo principal, lo que da sentido a nuestro trabajo y que no es otro que el de la salud de los ciudadanos con nombres y apellidos.
Esta industrialización está creando, a veces, una desmotivación del profesional, al constatar una manera más atenta a la cantidad, a los costes y volúmenes, olvidando que para la calidad de las pruebas se precisa estar en un permanente estado de mejora de los conocimientos y la formación y la investigación. En este sentido, confiamos en que el sentido común llevará a todos a racionalizar nuestras actuaciones futuras.